En su obra más característica dentro del informalismo
matérico, Tàpies empleaba técnicas que mezclaban los pigmentos tradicionales
del arte con materiales como arena, ropa, paja, etc., con predominio del collage y el assemblage, y una textura cercana al bajorrelieve.
Tàpies definía su técnica como “mixta”: pintaba sobre
tela, en formatos medios, en posición horizontal, disponiendo una capa
homogénea de pintura monocromática, sobre la que aplicaba la ”mixtura”, mezcla
de polvo de mármol triturado, aglutinante, pigmento y óleo, aplicado con
espátula o con sus propias manos .
Cuando estaba casi seco hacía un grattage con tela de arpillera, aplicada sobre la superficie, y cuando estaba adherida la arrancaba, creando una estructura de relieve, con zonas rasgadas, arañadas o incluso horadadas, que contrastan con los cúmulos y densidades matéricas de otras zonas del cuadro. A continuación, hacía un nuevo grattage con diversos útiles (punzón, cuchillo, tijeras, pincel). Por último, añadía signos (cruces, lunas, asteriscos, letras, números, etc.), en composiciones que recuerdan el grafiti, así como manchas, aplicadas mediante dripping.
No añadía elementos de fijación, por lo que las obras se degradaban rápidamente –la mixtura es bastante efímera–; sin embargo, Tàpies defendía la descomposición, como pérdida de la idea de la eternidad del arte, le gustaba que sus obras reflejasen la sensación del paso del tiempo. A ello contribuía también sus propias huellas en la obra, las incisiones que practicaba, que para él eran un reflejo de la naturaleza...
Y FRUTO DE NUESTRA INSPIRACIÓN...
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